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lunes, 28 de abril de 2025

COHETES


Algunas tristezas explotan como fuegos artificiales. 

Asustan a los perros como los estruendos de fin de año, marcando el fin de algo, de la paciencia, de la capacidad de soportar desmanes o simplemente explotan porque todo explota a la temperatura adecuada. Transforman en furia la frustración, convierten la rabia en colores temblones y hacen que los ojos brillen con chispitas de luz. 

Son peligrosas esas tristezas tan explosivas.

Algunas veces producen universos y ya se sabe que los universos, como otras cosas, los carga el diablo.

Isabel Salas

martes, 3 de diciembre de 2024

INVISIBLE


Un día, 
cuando encuentre la manera 
de sacarte de mí, 
y por fin,
 vuelva a ser yo, 
renacida,
en otra primavera,
lo sabrás.

No me verás, 
dejarás de escucharme
nada de mí te llegará,
ni mi voz
ni mi aroma,
ni mi sabor.

Seré invisible,
remota, inalcanzable,
y entonces tú,
entenderás al fin,
que tal vez era yo...
la inolvidable,
y tú,
sustituible.


Isabel Salas

jueves, 29 de agosto de 2024

PEOR QUE PEOR




Mucho peor que perder la alianza de casado, es perderla, un domingo por la mañana, en una vagina que no es la de tu mujer.
Peor que eso es que tu amante, con el miedo, decida ir a urgencias, en vez de esperar a que salga (deslizándose naturalmente) como le sugeriste, y por azares del destino, escoja el hospital donde tu mujer trabaja.
Sería una fatalidad que tu esposa fuera la ginecóloga que le extrajera el anillo después que le mostraran la radiografía, y en vez de devolvérselo a la paciente, tras leer la inscripción en su interior, lo guardase en su propio bolsillo mientras le dijera mirándola a los ojos:
-Soy la mujer de Pablo. Desaparece

Y la tragedia ya sería perfecta si a la hora de cena, horas después, te entregara el anillo con una sonrisa mientras te dijera:
- Toma corazón. Ya la desinfecté

Y sin más te sirva un flan.
Menos mal que esas cosas no pasan fuera de los cuentos de terror.


miércoles, 21 de agosto de 2024

MUSA DE ESCAPARATE



La pobre niña rica,
con su piel blanca,
quiso ser musa,
pero es miedica,
(demasiado borrica)
y un poco manca.

Mala con avaricia, 
culera, retorcida
y no sabe escribir
la palabra "caricia".

La pobrecita
creyó que era muy fácil
poner colores
a las hojas del árbol
de los poemas.

Y la maldita
que se creyó tan grácil,
se lo ha cargado
con su tierna manita.

Lo dejó en blanco y negro
seco, sin hojas,
muerto
como rabia sin perro.

Y el poeta
  hueco y podrido
se sube la bragueta
y vuelve a la poesía.

Allí las musas
son pobres y groseras
pero acarician,
suspiran risas
y encienden las hogueras
con sus sonrisas.

Isabel Salas











miércoles, 1 de mayo de 2024

LA NOCHE ENTERA



A veces, una llamada de buenas noches se extiende y se desliza noche adentro. La aurora llega sin que el saludo se haya realizado convirtiéndolo en buenos días con olor de estrellas. Dos voces, que en lo oscuro, estiran horas, confidencias y preguntas. 

Dos corazones que se reúnen  sin prisa.

Cuando eso pasa, los ojos se cierran, el alma se ríe y la luna comprensiva intenta demorarse, retrasa su partida para dar un tiempo extra a los dos naúfragos haciéndose cómplice de un brote de pasión.

Se convierte en barquito y le pide a los gatos que le cuenten historias de niñas que sueñan un día conocer el amor y atravesar la noche esperando un saludo: Descansa, ya es de día. Buenas noches.

Todos sonríen  al cerrar los ojos,  la luna, el gato, el hombre y la mujer. Todos menos la niña que los abre feliz al nuevo día después de haber soñado con amores futuros que hablan al oído la noche entera.

Isabel Salas


viernes, 8 de septiembre de 2023

LA MOTO DE ANDRÉS



Como me hubiera gustado
poder dejar tu recuerdo 
 en un  lugar destacado
de mi cajita de amores
siendo mi amor más amado.

Me hubiera gustado tanto
ponerte al lado de Luís
pero eres dolor y llanto
él era sol, tú eres gris,
penumbra de camposanto.

Me hubiera hecho tan feliz
guardarte como oro en paño
pero tú fuiste un desliz
el peor día del año,
fue cuando te conocí.

Que bonito hubiera sido
quererte hasta el fin del mundo
darte un lugar en mi nido
pero no fuiste el mejor,
ni el tercero ni el segundo.

En mi cajita de amores
hay días de circo y cines,
cenas, playas y delfines,
montañas besos y flores.

Entre los buenos recuerdos
caben la moto de Andrés,
la sonrisa de Joaquín,
y Ricardo el portugués.

Cabe la voz de  Modesto
y hasta un huevo de avestruz,
perdona si te molesto,
sólo no me encajas tú.

Isabel Salas



lunes, 31 de julio de 2023

LADRONES


Esa gente que agarra tu tiempo y se lo lleva a rastras, lo esconde debajo del verano y después te mira con cara de perro esperando una galleta.

Como si fuera gracioso dejarte sin aire y hacer que te quieras morir.

Esa gente existe. Ya me la crucé.

Y cuando se va, porque esa clase de gente nunca se queda, me pincha en el alma el miedo tremendo de que no sepan morirse y permanezcan vivos para siempre, robando veranos para hacer alfombras y respirando el aire que nos quitan o simplemente burlándose de nuestro afán por vivir.

Ellos no saben, nunca aprendieron y por eso son eternos.

Para morir hay que estar vivo o al menos haberse esforzado un poquito por intentar estarlo.


Isabel Salas


martes, 4 de julio de 2023

MI ALMA AL SOL




A veces saco mi alma y la tiendo al sol.

Me gusta sentir como entra en calor, y con suerte, en color.

Escucho el ruidito que el viento provoca al zarandear sus pliegues mojaditos de sangre de corazón, pringosos, pegajosos, casi plastificados con almidón de lágrimas.

El sol me cura, mientras seca mi alma, haciendo que renazcan  sus notas musicales y con mi voz especial de cantar hacia adentro, canto con él por todas esas almas mojadas, que guardadas, esperan que las saquen y las sequen.

Isabel Salas

sábado, 1 de abril de 2023

REVENTAR


Si los verbos mataran.
Si los tontos volaran.

Si las maldiciones,
si las discusiones,
si las consecuencias 
de las decisiones.

Si pudiera borrarte
deletarte,
olvidarte, bloquearte
perdonarte.

No lo haría.

Peleando
permanecería.

Prefiero 
saber que no vuelas,
prefiero creer
que es mejor recordar,
discutir
ofender,
golpear y saber
que los verbos no matan
pero pueden joder.

Comprobar
que regresas  para negociar
y volver a chingarte
hasta que me canse
o hasta reventar.

Isabel Salas


martes, 14 de marzo de 2023

IMAGINAR



Me gusta imaginar que también me echas de menos. Suponer, a cámara lenta, que a veces, tu aire también te quema en la garganta y tus ojos se llenan de agua al pensar en mí.

Te imagino recordando cuando nuestra cama era una playa después de amarnos y tu pecho la caracola que me traía el sonido de todos los mares.

Así te veo yo, cuando te miro a través del vidrio de la ventana de los buenos recuerdos, desnudo y quieto, enredando los dedos en mi pelo mientras pensabas en tus cosas, compartiendo silencios conmigo y con mi piel.

Algunas noches, me duermo con el deseo intenso de soñarte y casi puedo sentir el roce de tu pecho en mi espalda, vuelvo a escuchar tu voz y por unos momentos el aire huele a ti.

Me gusta imaginar que también me imaginas pensando en ti, y como yo, sonríes antes de llorar.

Isabel Salas


domingo, 5 de febrero de 2023

LLAVES DORADAS

  



Llegó a la puerta de la casa aliviada de estar a sólo unos metros del baño y dejó las bolsas del mercado a sus pies,  en el suelo,  para poder buscar las llaves en el bolso. Los dedos le dolían, insensibles por haber estado tanto tiempo en la misma posición sujetando el peso de las compras, dedos de garra, entumecidos, ni conseguía estirarlos del todo. También le dolía la espalda, y para ayudar, el interior del bolso estaba tan lleno de objetos inútiles que no conseguía encontrar las malditas llaves. 

Sus dedos atontados no ayudaban, la mano que mantenía abierto el bolso parecía la del capitán garfio hormigueante y la que revolvía dentro, en vez de dedos sensibles, capacitados para identificar al tacto objetos supuestamente familiares, parecía que tenía colgando platanitos extraterrestres sin tacto incapaces de reconocer ninguna de las formas raras que encontraban en aquel revoltijo, mientras desesperados, intentaban localizar el llavero.

Las ganas de orinar siempre se incrementaban conforme se acercaba a la casa desde cualquier dirección, a partir de los doscientos metros se hacían insoportables y parada en la puerta no podría aguantar mas de quince segundos más.

 Y las llaves, por Dios, dónde estaban esas  llaves de mierda.
¿Las habría dejado en el mercado?
Se acordó.

Las había guardado estratégicamente  en el bolsillo de atrás del pantalón precisamente  para evitar tener que buscarlas al llegar a la puerta del bloque  y perder aquellos segundos preciosos. Por su mala memoria, allí estaba ella viviendo este momento  dramático , con las piernas apretadas en forma de equis, deseando dar inicio al baile mágico de la Sagrada Incontinencia, ese bailecito ridículo que precede a la rendición. La alegría de recordar dónde estaban las llaves,  le dio varios nanosegundos de prórroga. 

Seguía dispuesta a bailar si hacía falta pero estaba controlando bien  el impulso danzarín y esto la hacía sentirse muy contenta ya que ese es el último recurso de la dignidad femenina incontinente.
Antes bailar que mear.
Pero mejor no, porque una vez que empiezas ya no puedes parar el movimiento.
Las bolsas seguían en el suelo, pero la llave ya estaba en la mano derecha. Bien. Sólo necesitaba coordinar correctamente los próximos movimientos ignorando el desespero por entrar, para no liarse. Ya estaba inclinándose para recuperar las bolsas cuando la puerta se abrió. 

Era Pedro quien estaba saliendo.
Él, al verla  a pocos centímetro de la entrada, galantemente permaneció parado, sujetándole la puerta para que ella entrase.
Qué guapo.
El vecino nuevo.
Llevaba varios días encontrándoselo al subir o al bajar. Sabía que se llamaba Pedro por el nombre en el buzón. Sabía que vivía solo, y que estaba de muy buen ver. Ese  típico vecino apetecible, que si por ventura resultara no ser homosexual, podría resolver alguna emergencia doméstica llegado el caso, pero vaya por Dios encontrárselo en estos momentos.

Pedro le seguía sujetando la puerta y ella cogió las bolsas descruzando las piernas. Imposible pasar delante de él caminando con las piernas cruzadas. En casos así existe la opción de andar  dando pasitos cortos como de chinita antigua, que es casi tan eficaz como el paso arrastrado  de piernas  cruzadas, en el cual la pierna que va delante es siempre la que avanza, como deslizándose y la pierna de atrás es arrastrada como un apéndice sin vida.

Por la presencia inesperada de aquel hombre servicial, se vio obligada a adoptar la modalidad del mini paso, y sin pensarlo más lanzarse a la aventura.
Pasó a su lado inclinada,  esperando por todos los santos celestiales que no se le escapase ni un poquito. Mirando fijo el suelo completamente concentrada en su misión.
Que vergüenza sería San Leopoldo por Dios  dejar escapar ni que fuese una minigota.
Mini paso.
Mini mierda...deja de pensar en eso, minirayos, ya falta menos.

Al pasar ella por la puerta los dos se rozaron levemente, ese típico roce  accidental de gente en la misma puerta.
Ella sintió su olor. Olía  bien.
Pero no podía entretenerse en ese momento con esas consideraciones. Su único pensamiento era llegar al cuarto de baño y cuando él le dijo hola, ella que ya se había alejado unos pasos y estaba en medio del portal, se dio cuenta de que con las prisas y el aturrullamiento que la aparición de él como representante de Porteros Voluntarios sin Fronteras, se había puesto las llaves en la boca y no podía decir nada. Las bolsas estaban de nuevo en sus manos y soltarlas para sacarse la llave significaba inclinarse y eso era imposible. Responder con las llaves en  la boca tampoco parecía buena idea, así que se volvió despacio intentado  mantener la calma.

Lo que menos esperaba Pedro al sujetarle la puerta  a la vecina es que la mujer pasase por su lado sin levantar los ojos y sin decir nada, ni gracias. Sabía que se llamaba Begoña porque había mirado su nombre en el buzón. Un poco por guasa y otro poco porque le gustaba que le dijeran gracias cuando hacía una gentileza, hizo cuestión de saludarla, y cuando ella se volvió con sus dos brazos llenos de bolsas y una llaves en la boca, casi soltó una carcajada.

Casi, porque al verle los ojos,  creyó ver en ellos el brillo del odio y esto lo despistó un poco. ¿Porqué me odia ésta? Que él recordase no la había visto nunca hasta mudarse al edificio la semana anterior.
Pero sí, aquella mujer parecía mirarlo con odio o al menos con rabia y su natural curiosidad le hizo preguntar con su mejor sonrisa:
- ¿ Nos conocemos?

Cual era el recurso inaudito con que él esperaba que ella respondiese con la boca llena, jamás se supo. Nunca nadie echó tanto de menos no tener unos ojos con super poderes fulminadores de gilipollas como ella en ese momento fatal. Al volverse había perdido la concentración y para sujetar el chorrito que se le salía solo le quedó el recurso desesperado de inclinarse bruscamente hacia delante mientras cruzaba las piernas de nuevo.

Pedro observó el giro de la vecina, sus ojos brillando de rabia-odio y enseguida una especie de reverencia real improvisada que ella le estaba haciendo sin decir nada.
Así se quedaron los dos  unos instantes.
Ella ajena a todo, con sus bracitos  en forma de croassant y la cabeza inclinada ante aquel hijo de puta sin entender muy bien como la situación había degenerado hasta ese extremo.
Él, sin saber si despedirse, decir algo más o callarse ante aquel  espontáneo homenaje.

Entonces los acontecimientos se precipitaron. Ella abrió la boca y las llaves cayeron. El primer impulso de Pedro fue avanzar unos pasos para cogerlas, pero antes de que llegase cerca, la mujer levantó la mirada y le dijo:

- Ni se te ocurra.

Como en cualquier situación desesperada, ella inventó una salida desesperada en los pocos instantes que duró la reverencia. Un plan improvisado que se dispuso a llevar a cabo sin demora. Con la rapidez de Speedy Gonzalez, avanzó hacia él, le entregó las bolsas que él tomó en un acto reflejo, dio dos pasos para atrás, se agachó para coger las llaves y desde aquella postura atlética de corredor salió en disparada escaleras arriba.

Mientras subía le gritó con la voz más natural posible, ven, sígueme Pedro, tengo una sorpresa para ti, segundo C, cuidado con los huevos. Él constató que realmente entre las cosas que parecía haber en las bolsas del mercado se notaba un cartón de huevos, y ese detalle concreto y palpable hizo que todo el resto de la situación le pareciese menos demencial. 

Todos sabemos que hay que tener cuidado con los huevos, así que empezó  a subir la escalera cuidadosamente preguntándose ingenuamente que sorpresa ella tenía preparada.
Llegó a la puerta del apartamento y la encontró  abierta de par en par. Desde el fondo del pasillo una voz gritó,  entra, deja las bolsas ahí mismo, ya voy.

Begoña en realidad, se estaba quitando la ropa. Al final se había mojado, en el baño no tenía ropa de reserva y como salir desnuda de cintura para abajo envuelta en una toalla le pareció raro, pensó  desnudarse del todo y liarse en el albornoz mientras imaginaba que regalo podía darle a aquel sujeto.

Cuando ya iba a salir del baño analizó que sería extravagante salir seca y envuelta en el dichoso albornoz. Decidió por tanto ducharse para salir mojada y que pareciese todo más natural.

En la sala, Pedro aguardaba en pie sin entender muy bien la situación. Cuando la vio venir por el pasillo con su mejor sonrisa, recién duchada y caminando hacia él, su mente cinematográfica dijo "Hostias, ésta quiere algo, viene desnuda y recién bañada. Está clara cual es la sorpresa".

Así que le dedicó su sonrisa mas seductora de macho alfa de la comunidad. Ella estaba dirigiéndose decidida hacia él porque se había acordado que en la cocina tenía un turrón o dos y un vino que habían sobrado de la cesta de Navidad. 
Mientras se duchaba había decidido regalarle los turrones y la bebida, decirle que era una costumbre del bloque recibir así a los nuevos vecinos y que ella se sentía mal por haberse cruzado varias veces con él sin decir nada del obsequio, por eso salió corriendo para  entregarle el regalo, y como había sudado tanto corriendo por la escalera, pues por eso se había duchado.

Cuando lo ensayó en la ducha le pareció creíble, y como esperaba encontrarse un Pedro extrañado y huraño, salió impetuosa y sonriente a terminar con aquella locura lo antes posible, sin embargo él estaba allí en medio de la sala sonriendo como un Don Juan. "Vaya, éste quiere algo mira como se ríe el cabrón, creerá que me he duchado para echar un polvete".

Pocos pasos los separaban, y en ese trayecto el talante de los dos había cambiado desde el desconcierto por todo lo sucedido a un clima francamente sexual.
Él dijo:

- Hola de nuevo Begoña. Me está encantando la sorpresa. Si quieres mirar los huevos están intactos.
- ¿Cómo sabes que me llamo Begoña?
-  Miré el nombre en tu buzón.
- ¿Dices que los huevos están intactos?
- Sí. Su compañero está un poco alterado de verte tan guapa, pero ellos están bien, sí.

Huevos intactos, penes alterados, mujer limpita con la adrenalina a tope por haber pasado tantos peligros en pocos minutos y un vecino guapo son un cóctel maravilloso para un fin de tarde divertido si se sabe llevar bien la situación.

Y Begoña cuando no estaba en plena crisis incontinente era una chica muy simpática y habilidosa. Al  despedirse unas horas después ella ya no estaba tan limpita, ni los huevos tan intactos, pero los dos, Pedro y ella, estaban encantados con la sorpresa.

Isabel Salas




lunes, 3 de octubre de 2022

AVE DE PASO


Ave de paso soy,
sin prisa ni retraso.

de cielo en cielo voy,
sin temerle al fracaso

Y me lo dices tú,
árbol de viento,
molino cuyas aspas
ignoran lo que siento.

Nada de mí conoces.

Apenas imaginas
la fuente de mis goces,
o el grado del seísmo
que me dejó en ruinas
al borde del abismo.

Y tus ramas me espantan 
en lugar de abrazar.

Tus hojas son de acero
y me avisas, sincero
que me pueden cortar.

Eres árbol arisco, 
 tronco huraño.
Tu gesto es montaraz
sin el brío de antaño.

Corazón inflexible
coraza impenetrable.

Un galán indomable
que se niega a ser nido
de mi vuelo sensible.

Y así, cierras la puerta,
el alma y la ocasión
de ser árbol de nido.
e ignoras mi pasión.

Y yo, 
ave que pasa 
solitaria y exhausta,
detengo mi volar por un segundo
para admirar la palma de tu mano,
que se negó 
cargada de razones,
a ser mi mundo.

Isabel Salas

sábado, 17 de septiembre de 2022

DECÍAS


Yo no miento
-decías-
Soy siempre sincero
-decías-
Digo lo que siento
-decías-

Yo te quiero
-decías-
Nunca hablo con ella
-decías-
Eres mi lucero
-decías-

Sólo a ti te escribo
-decías-
Sueño con tus besos
-decías-
Que dudes prohíbo
-decías-

Ves lo que no existe
-decías-
Imaginas cosas
-decías-
Acaso bebiste
-decías-

Sólo a ti te canto
-decías-
Eres mi futuro
-decías-
Sécate ese llanto
-decías

Y sequé mi llanto
y creí en tus ojos
y llegó el espanto
de saber que en todo
promesas, encantos
canciones 
y cantos
-mentías-
-mentías-
-mentías-

Isabel Salas

jueves, 1 de septiembre de 2022

PEDRO SE FUE




Nadie supo nunca 
porqué  Pedro se fue, 
ni a dónde,
ni cómo,
ni con quién.

No dijo nada,
nada explicó,
se fue sin ropa y sin maleta,
a nadie dijo adiós.

Nadie lo espera 
después de tantos años,
olvidaron el nombre 
de quien los traicionó.

Él piensa a veces
en lo que atrás dejó
sus hijos, su mujer,
su madre, su ciudad
y siente por momentos, 
ganas de regresar.

Le faltan las palabras
para explicar su marcha
o pedirles perdón.

Desiste del regreso,
continúa su huida,
sacude los recuerdos,
y regresa al camino
persiguiendo otra vida.

Isabel Salas



viernes, 26 de agosto de 2022

NAVEGAR



Desde pequeña me gusta pensar en el agua.

Beberla, nadar en ella.

Decían en la escuela que no tiene olor, color ni sabor, pero es mentira, hay aguas con sabor a piedras, a excursión de escuela o a flores y las hay que huelen a agua de nevera o de bautizar paganos.

Otras son especiales, por ellas navegas cuando alguien te dice que te ama y lo crees, están en el cielo donde todo es posible.

Sólo los besos pueden elevarte hasta ese mar entre las nubes, y allí, el agua, por fin, sabe a paz.

Isabel Salas



viernes, 12 de agosto de 2022

TODO DICHO



No estoy callada,
es que no tengo nada que decirte.

Se acabaron los versos
se terminó el amor.
Ya puedes irte.

Aquel raudal de rimas, 
se acabó.
El manantial de besos,
se secó

No estoy callada amor,
es que lo dije todo
y la voz, 
agotada,
descansa ahora
al lado del cariño
con que con voz de niño, 
hoy,
tu alma llora.

Isabel Salas

sábado, 6 de agosto de 2022

EL VERBO AMAR


La única manera de conjugar el verbo amar sin que duela, es en presente,  usando las dos primeras personas del singular y combinarlas con la primera del plural.

Contigo.
Yo contigo. 
Tú conmigo. 
Yo te amo

Así. 
Nosotros. 

Sin doler. 
Sin dolor, 
Sólo amor.


Isabel Salas

domingo, 19 de junio de 2022

TAL PARA CUAL



Ella era una tal,
alzada y altanera, 
prepotente y letal,
muñequita de cera, 
y él, 
era un cual.

Eran almas gemelas,
predestinadas.
Cual para tal
y así se amaron,
tal para cual.

Ella dejó al marido traficante
y huyó con el poeta
que le escribía versos,
con tinta destilada
de la bragueta.

Gilda sin guante,
genio perverso,
carta marcada,
Fría y coqueta
pretendía ser centro
del universo.

Ella,
joya preciosa,
acostumbrada al lujo,
avariciosa,
cambió al granuja
por el granujo.

Él, ambicionando paz,
cayó en la trampa 
que le tendió el disfraz
de la princesa.

Necio y falaz,
mentiroso, cobarde
y adulador,
no comprendió
que ella jugaba 
al juego del amor
como jugaba él.

Los dos fingieron ser
cual para tal,
y al final eso fueron
amor de atardecer,
de intermitencia,
siendo tal para cual, 
uno del otro,
la penitencia.

Isabel Salas





viernes, 4 de marzo de 2022

HACIA ADENTRO


Hay miradas
que son hacia adentro.

Ausencias hay
que inundan nuestro centro.

Caricias apretadas
que abarcan, 
más que abrazan,
el vacío de afuera
y el abismo
de dentro.

Los ojos
dejan de ser ventana 
para ser muro.

Iris de porcelana
vagando sin moverse
por el vacío interno,
frío,
mío
y oscuro.

Isabel Salas


sábado, 15 de enero de 2022

DESATINOS


Me siento a escribirle al amor
y las letras se niegan.

Tienen otros planes,
otros destinos
que me desasosiegan,
convirtiendo mis versos
en desatinos.

Se vuelven enemigas
se ríen de mí,
como haces tú,
cuando me desabrigas.

Mis palabras,
como mi corazón, 
desobedecen siempre
los deseos sinceros
de mi razón.

Isabel Salas