
Comparo mi vida con el tiempo que le lleva a una estrella hacer cualquier cosa y me doy cuenta de lo rápida que está pasando. Como soy efímera. Soy más fugaz que cualquier estrella y eso me hace sonreír. No soy un polvo cualquiera, soy polvo de estrellas fugaces.
martes, 31 de mayo de 2016
lunes, 30 de mayo de 2016
RESEÑA DE LECTORA (MÉXICO)
Hablar de este libro me resulta tan familiar
como hablar de su autora, la escritora y amiga Isabel Salas, una mujer a
la que quiero, admiro y respeto.
En éste su primer libro, su canal de videos, su blog y sus programas de
radio, nos habla de la fuerza de sus ideales y de la sabiduría de su
corazón.
Esta colección de relatos cortos y pensaemas, como ella los llama, delinean la psicología humana y su potencial hacia el bien. Los relatos cortos son verdaderas novelas en miniatura en donde describe parte de su vida privada y la de hombres y mujeres como cualquiera de nosotros.
Algunas veces es interlocutora, otras veces intérprete y otras maga (porque estoy segura de que hay magia en algunos de sus escritos)
Isabel Salas encuentra un lenguaje nuevo para describrir con una fuerza estremecedora la pasión femenina, la identidad masculina, la soledad, la maternidad, el miedo y la añoranza por la tierra, en su mundo los canarios somos héroes.
Una vez que empieces a leer este libro serás incapaz de dejarlo.
Ahora la selfie obligada con el libro, un beso.
Isabel Miranda
Esta colección de relatos cortos y pensaemas, como ella los llama, delinean la psicología humana y su potencial hacia el bien. Los relatos cortos son verdaderas novelas en miniatura en donde describe parte de su vida privada y la de hombres y mujeres como cualquiera de nosotros.
Algunas veces es interlocutora, otras veces intérprete y otras maga (porque estoy segura de que hay magia en algunos de sus escritos)
Isabel Salas encuentra un lenguaje nuevo para describrir con una fuerza estremecedora la pasión femenina, la identidad masculina, la soledad, la maternidad, el miedo y la añoranza por la tierra, en su mundo los canarios somos héroes.
Una vez que empieces a leer este libro serás incapaz de dejarlo.
Ahora la selfie obligada con el libro, un beso.
Isabel Miranda
domingo, 29 de mayo de 2016
martes, 24 de mayo de 2016
sábado, 21 de mayo de 2016
lunes, 25 de abril de 2016
domingo, 24 de abril de 2016
HOMO ENAMORATUS
Tan erectus,
tan amorosum,
tan perfectus,
tan mentirosus.
Homo apasionatus,
ese troglodita desquiciadus
que no mide nem pide,
toma y jalax.
Homo descerebratus,
especimen transtornadus,
es su fuego quien decide
cuando "amax".
cuando "amax".
Isabel Salas
viernes, 22 de abril de 2016
NOCHES COMO ESAS
Hay noches en que es mejor no apagar la luz.
Son noches que nacen con malas inclinaciones y mantenerlas iluminadas neutraliza en cierto modo los poderes malignos que se desatan en esos momentos.
Son noches en que los violadores salen de sus casas andando despacio y las mujeres vuelven apresuradas a las suyas.
Los maridos violentos se preparan empezando a beber horas antes del anochecer. Fríamente van acabando las latas una tras otra mientras sus mujeres intentan acostar a los niños más temprano para que estén profundamente dormidos cuando empiecen los golpes.
Es difícil hacerlo porque ellos también saben ver las señales que alertan de la noche mala que se avecina. Tratan de mantenerse despiertos esperando que sus ojos sirvan de escudo cuando salgan a mirar al hombre que golpea a su madre.
Nunca funciona, pero lo intentan.
En esas noches, los mendigos que viven en las calles procuran rincones más escondidos y evitan quedarse solos, pues saben que pueden despertarse envueltos en llamas.
A la mujer que dormía en la esquina del Banco Central le pasó, y en noches como ésta, el viento vuelve a traer sus gritos desesperados. Pasa veloz acariciando los oídos de los otros vagabundos.
Rachas heladas que tocan seres desvalidos con una sola intención: mostrarles gentilmente como es el toque de la muerte en la carne viva.
En esas noches hay más silencio en cárceles y manicomios. Hay más luna y menos estrellas.
Son las noches de terror.
Inesperadas, inevitables.
Arrolladoras.
Cuando terminan, hay manos que escriben en los teclados los nombres de los tributos.
Sofía L. P., 16 años, violada y muerta en la calle Toledo.
Leandra S. M., 47, golpeada y muerta en su domicilio junto a tres menores, Pablo, Carlos y Mercedes, de 9, 8 y 5 años.
Sebastián H.J., 83, indigente, quemado y muerto mientras dormía en la esquina del Banco Central.
Definitivamente hay esquinas en las que es mejor no dormir en noches como esas.
Y si puedes, tampoco apagues la luz.
Isabel Salas
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