viernes, 22 de diciembre de 2023

MI LUGAR AL SOL


Después de varias semanas sintiéndome un elefante en la cristalería, hoy por fin ha amanecido el día con el ruido acelerado de páginas pasando. Lo acompañaba un aire anaranjado de esos que lo pinta todo con colores de mesita de terraza esperando que lleguen los clientes. Me quedé feliz porque necesitaba recordar exactamente eso, que no todas las sillas estarán llenas cuando llegue al próximo lugar donde me esperan.

Me reconfortó la idea. Era una de esas ideas con música incorporada, olía a sábana caliente de sol y a tostada con miel. Su llegada sirvió para que pudiera sonreirle un tantito a mi alma malherida y animarla a empaquetar. 

Otra vez llega la hora de hacer maletas y de nuevo el viaje nos llama. Más trenes, más kilómetros, nuevos lugares nos esperan. Por enésima vez nos alejaremos de lo que no pudo ser y trataremos de llegar, a lo que sí quiera serlo. Dejaré atrás otro corazón rodeado de inexpugnables muros, y me esforzaré en olvidar como brillaban los ojos de su dueño o como me habría gustado que dijera mi nombre adornándolo con estrellas.

Detesto ese aroma de guerra perdida al que huelen algunos perfumes masculinos, impregna mi ropa de derrota y me hace temer que el destino se burla de mi, que de nuevo llego demasiado tarde y todos los asientos están ocupados, todo el pescado vendido y todas las esperanzas muertas.

Hoy amanecí con el propósito renovado y solemne de seguir caminando hasta encontrar mi lugar al sol: Esa silla que fue hecha para mí y me espera, vacía, templada y ansiosa.

Isabel Salas

lunes, 18 de diciembre de 2023

LA DUDA



Me gusta imaginarte así,
caminando helado por un lugar hostil,
pedregoso, hosco,
inhóspito bañil.

Tus zapatos mojados, 
tus pies fríos,
tus ojos blindados,
tus hombros caídos.

Y en centro del alma
la duda eterna, 
palpitante,
del que habría pasado,
de haber tenido enjalma
y mano tierna
en aquel cruel instante
en el que haberme  amado
pasó de ser posible
a ser la opción averna.

Isabel Salas 






martes, 12 de diciembre de 2023

QUIERO TÚ

Quiero pan,
un café, 
un buenos días.

Suerte,
salud, alegrías.

Quiero andar feliz,
quiero ser feliz,
estar feliz.

El café, la suerte,
la salud, el pan, 
la alegría...
todo
hasta la muerte
contigo ti.

Mi día con tú.
Feliz con ti.
Yo quiero tú.

Isabel Salas

domingo, 3 de diciembre de 2023

LA MÁSCARA



Demasiado cara la máscara cara
que todo enmascara.
Demasiado bella y cruel,
demasiado ella.

Dejo de ser yo,
con mis sabores y mis dolores.

Dejo de ser de carne
para ser de papel,
impregnado en perversos colores
que ahogan mi piel.

Dejo de ser yo.
Paro de parecerme a mí
para ser parecida a la mujer 
pintada con colores 
de culo de mandril.

Isabel Salas

sábado, 11 de noviembre de 2023

CEDER



A veces tienes que ceder.

Eso te dicen, que en la vida hay que saber ceder y tú, que quieres ser sabia y portarte bien, cedes.Y cedes desde que te echas a andar, maldita sea.Transiges en la escuela,  en el tobogán del parque, en el kiosko de palomitas. Cedes con tus hermanos, con tus hijos, con tus hombres.

Cedes asientos en el autobús y cedes la vez en la fila de la carnicería porque esa otra mujer parece aún más cansada y más triste que tú y llegó arrastrando esas piernas llenas de varices gruesas como dedos y a ti se te ocurre que cederle el lugar es una idea estupenda, así que lo haces y la haces sonreír y ella dice gracias y después le regalas tu tiempo y escuchas cómo te explica que está esperando que la llamen para operarse desde hace trece meses mientras tú piensas cuánto tendrás que esperar tú cuando tus venas te abracen por fuera y quedarte en pie sea una tortura.

Cedes también la película en el videoclub a tu vecino depresivo que estaba loco por verla o en las discusiones con tu cuñada porque no quieres joderle la puñetera Nochebuena a nadie, y menos a tu suegra que cuando se queda contrariada le da por beber y al final te toca a ti llevarla a urgencias. Poco a poco te vas perfeccionando en el arte de ceder y un día estás cediendo en la negociación de gananciales a la hora de una separación o en el valor de tu hora laboral porque más vale un grifo goteando que cerrado cuando lo que gotea es dinero. Te especializas en el arte de ceder y cedes.

Cedes y cedes hasta que un día de pronto, te das cuenta que ceder se parece demasiado a conceder, a transigir, a dar o a entregar. Con la boca seca saboreas el sabor de otros verbos más cabrones como consentir, abdicar o claudicar y te parece que tienen el mismo gusto que desistir y entonces, simplemente, decides que ya no cedes más de momento.

Recuerdas que una vez te dijeron que a veces hay que bajar un escalón para poder subir tres más tarde y que lo bajaste, y más de dos y más de tres, y hoy, de pronto, así como si hubiese llegado volando desde quién sabe dónde, se ha posado ante ti la hora de empezar a subir de nuevo. Levantas el pie, calculas la altura y decides que no cedes más. El escalón es tuyo, el pie también, la rodilla y las ganas de subir. Todo lo tuyo quiere subir y los primeros pasos te llevan ante una librería especializada en diccionarios.

Cuando te preguntan que deseas , la respuesta sale de tu sonrisa de par en par, oliendo a brisa de playa:

- Un diccionario de antónimos por favor.

Isabel Salas






domingo, 5 de noviembre de 2023

DESNUDEZ EXTREMA


  


Cuando te quites la ropa quítate también la vergüenza,
quítate el pasado, el miedo de que duela,
el asco.
Cuando te desnudes, desnúdate tanto
que vengas a mí, desnudo del todo.

No como el día que naciste.
No.
No quiero un niño.

Ven como aquel  día aciago
segundos antes de herirte,
 o justo media hora antes de la primera decepción 
o de la primera herida mortal.

Haz un viaje en el tiempo, 
si puedes,
y viste de nuevo aquella piel nueva
de hombre sin marcas.

Prepara tu pellejo y tu alma
tus ojos, 
tu boca. 

Ven a mí así.
Pizarra limpia, arena de amanecer.
Pared de caverna
antes de descubrirse el fuego 
y los pinceles.

Ven a mí así, con extrema desnudez,
que yo te quemaré con pinturas de fuego 
que no hieren
y te enseñaré  como se tratan
los que se quieren.

Isabel Salas